miércoles, 15 de enero de 2014

Capítulo 39: "Malentendidos."

Yami estaba ansiosa. Llevaba un par de días sin saber de Akita, cosa que de algún modo le inquietaba.

El primer día al notar que él no llegaba, pensó que como siempre, estaría entrenando en el gimnasio; pero en cuanto el resto de sus amigos regresó y él no, descartó aquella idea. Supuso entonces que estaría ocupándose de sus asuntos escolares, con los exámenes... o incluso vagando por ahí, con algunos amigos ajenos a aquel salón -después de todo, parecía tener un carisma especial, para hablarle a cualquier persona sin problemas-.

Pero esa situación ya llevaba un par de días. Aquello hacía que ella comenzara a pensar que él la evitaba, pues al parecer no tenía ningún problema al hablar con el resto de los chicos ¿Por qué lo hacía?

Esa extraña sensación se intensificó, tras un par de altercados que tuvo con una chica del salón contiguo:

Poco después de aquel día en el que Akane la arrastró lejos de Akita para que no lo viera con la chica en cuestión, Yamile había notado una incidencia de encuentros entre esos dos; y no es cómo si los acosara y por ello los viera juntos frecuentemente, sino que en más de una ocasión se los topaba a medio camino. Fue entonces cuándo Yami comenzó a ser acosada por aquella chica: Al principio sopesó la posibilidad de estarse volviendo paranoica e imaginar que esa chica le provocaba celos a propósito; pero era más que evidente que eso no era cosa de su imaginación solamente.

― ¿Podrías tener más cuidado al caminar? ― acusó Akane, mientras iba a ayudar a su tambaleante amiga para que no cayera. Tenía el ceño fruncido y miraba incriminatoriamente a la chica que ahora iba ya algo lejos por el pasillo ― ¡Estás muy ancha! ― gritó sin ningún reparo, tratando de defender a Yamile.

― Oi. No seas tan brusca; seguro ha sido cosa de un accidente ― trató de tranquilizarla.

― Mi pequeña tontita, no es la primera vez que esa tipeja pasa y casi te tira (lo cual no es muy difícil con tu torpe andar) ― Akane rió al decir esto ―  Pero no deberías dejar que te haga eso.

― No tiene importancia ― insistió.


Pero la chica de cabello multicolor, no quedó satisfecha, por lo que prosiguió a hacer una parodia del contoneo de caderas de aquella chica que molestaba a Yami, exagerando el movimiento a cada paso que daba. Evidentemente, Yamile no pudo evitar reír ante aquello: no tenía nada contra aquella joven a la que apenas conocía de vista, pero Akane enfatizaba muy bien ese andar "pomposo" con el que iba frente a Yami.

― ¿La conoces de algún otro lado? ― preguntó extrañada Akane.

― No. Al menos no la recuerdo ¿Por qué?

― Trato de comprender porque ese mal trato y su andar presumido ante ti ― la chica sonrió mientras seguían caminando sin rumbo por la escuela ― Eres tan despistada, que igual y alguna vez la trataste mal y no lo recuerdas.

― Créeme que si trato mal a alguien, es porque me cae mal. Y si me cayera mal, seguro la recordaría.

De pronto ahí estaba la misma escena. Aquella chica de nombre aún desconocido, estaba conversando con algunos chicos, entre los que Yami reconoció a Akita facilmente.

― ¡Lo he pillado! ― dijo Akane con alegría.

― ¿El qué? ― Yamile estaba confundida, sin entender a que se refería repentinamente ella.

― Mírala y ve a quién no le quita los ojos de encima ― Yami trato de notar lo que su amiga quería: y lo vio. Esa joven de cabello negro y largo, miraba a Akita con una sonrisa.

― Sigo sin comprender qué tengo que ver yo, con que esté tan pendiente de él.

― ¿Siempre serás así de tontita? ― Su amiga suspiro en un fingido pesar ― No importa; ya te darás cuenta cuándo madures.

Caminaron otro poco. Fue entonces, cuándo Yami se percató de algo. 

Llevaba bastantes días sin pasar tiempo con su querido Akita; en cambio, él estaba sonriente frente aquella chica. No estaba estudiando, entrenando ni nada... sino que se pasaba el tiempo rodeado de aquellos jóvenes y de ella.

¿Eso confirmaba que la estaba evitando?

Involuntariamente Yamile paró su andar en seco y sujetó a su confidente del brazo, para detenerla también.

― Auch. ¿Qué te pasa ahora? ― protestó mientras se zafaba de aquel agarre y se pasaba la mano para sobarse dónde había sido lastimada.

― ¿He hecho algo malo ante Akita? ― preguntó con mirada perdida.

― ¿A qué te refie... ― no terminó de formular su pregunta porque ella la interrumpió.

― No recuerdo haber hecho algo... "indebido". Pero él ya no me habla. ― La chica frunció el ceño ―  Siempre te la pasas diciéndome que soy tontita y que no me doy cuenta de las cosas ― Suspiró. En serio se le veía preocupada ― Y quizá es cierto; lo último que yo recuerdo fue cuando me acompañó  hasta mi casa, y al menos todo estaba bien para mi, pero ¿Habré hecho algo para que él dejara de hablarme?

― Yamile... yo no... ― su amiga no sabía como consolarla ― No sé que está pasando con Akita; pero creo que no deberías preocuparte por ello...

― ¿Cómo no hacerlo? ― Yami bufó ― Todas las vacaciones me la pasé hablando, divirtiéndome y riendo con él ― su ceño de preocupación se tornó en una mirada frustrada ― De algún modo él lo logró; yo estaba confundida con todo lo que me estaba pasando... pero lo logró; se metió en mi cabeza. Todos los días pienso en él: en como me gusta mirarlo sonreír y ver sus ojos brillantes y ese gesto en sus labios, pienso en lo mucho que me agrada su personalidad... siempre de algún modo se cuela en mis pensamientos ― caminó un par de pasos hasta poder recargarse en una de las columnas que había por ahí ― No lo entiendo, Akane...

― ¿Qué cosa no entiendes? ― la chica miró a su amiga, igualmente con el ceño fruncido.

― Todo esto siempre ha sido tan diferente. Incluso ahora, al mirarlo con aquella chica, o saber que ha estado... evitándome; es evidente que no me hace sentir bien, pero el verlo así de sonriente y feliz, hace que olvide mi propio malestar. Lo quiero, pero... tampoco quiero privarlo de nada. ― Se llevó ambas manos al rostro , agachó la cabeza y habló con voz ahogada ― Jamás me había sentido así por alguien.

Akane la miró, sin saber que responderle. Yamile le estaba sincerizando su malestar, sus emociones y celos provocados por Akita, pero la chica no lo entendía; no sabía como ella podía sentirse de ese modo por él. 

Alzó la vista y miró a su amiga ― Lo que más me molesta y me cuesta trabajo asimilar, es que pensé ser yo quien le gustaba. Tú, Sayu, Kaiya y Arween me instaron a creer eso. Pero ahora... es evidente que esa carisma que tiene le agrada a todo mundo (míralo ahora mismo, siempre rodeado de gente); y tampoco es la primer chica con la que lo veo. 

― ¿Qué quieres decir?

― "Dice conocerla de la escuela y quererla. Seguramente eres tú." ― dijo, tratando de imitar lo que alguna vez Sayu le había dicho ― Siempre me dijeron eso de un modo u otro. Pero no soy la única chica que conoce de la escuela, ni tampoco soy la única que ha tenido novio últimamente: podría ser cualquiera de ellas.

― Podrías ser tú.

― No lo digas ― Suspiró ― Me he estado emocionando e ilusionando tras pensar en ello; eso era lo que me daba animo para seguir con esto. Pero pudo haber sido cualquiera, y yo estuve malinterpretando todo desde el comienzo ― rió con ironía ― ¿Sabes lo mal que me hace sentir, el pensar en eso?

― ¡No es cierto! Tú eres tontita, siempre lo has sido. ¿No recuerdas? ― su amiga trataba de animarla ― ¡Incluso Kenichi te lo dijo! Tú eres quién tiene así a Akita.

― Eso no me ayuda para nada. Ton-ti-ta ― Enfatizó Yamile ― Quiere decir que lo hice sentir tan mal, que optó por dejarme de lado e ignorarme ― sonrió torcidamente ― Bah. Todo eso, son puras gilipolleces.

Y sin más, Akane comenzó a reír a carcajadas.

― ¿Qué es gracioso? ― estaba desconcertada por la nueva actitud de su amiga,

― El cómo lo has dicho- "Gilipolleces" ― rió quedamente ―  Es tan gracioso, que con tu tono de voz y pronunciación, si se escucha como si fueses de España. 

― No le veo lo gracioso por ningún lado ― seguía sin inmutarse. Le estaba hablando tan abiertamente de sus sentimientos, y ella optaba por reírse de una tontería así.

― Oh vamos. Sólo sonríe; ya veras como todo mejorará. No seas tan amargada.

― Realmente espero que todo esto se aclare. 

***

Aquella noche cuándo Yamile regresó a casa, de inmediato encendió su lap y se conectó en las redes.

Ya que no podía hablar con Akita en persona, al menos esperaba poder abordarlo a través del monitor, como solía hacerlo antes.

Cuál fue su desconcierto al leer en aquella ocasión el nick de él, diciendo lo siguiente:

>> "Kimi wo kokoro kara itoshi teru"  - Yamile curiosa, buscó el significado correcto de aquella frase, logrando discernir lo siguiente: "Te amo profundamente, con todo mi corazón."

Aquel corto mensaje bailó ante sus ojos una fracción de segundo. Sonrió, esperanzada de que ese mensaje tuviera dedicatoria directa hacía ella; pero de inmediato desechó la idea. No podía estar dándose el lujo de ilusionarse sin fundamentos.

Cerró el equipo, ya sin ánimos de comunicarse con él y se tumbó en la cama. 

Hasta que Akita no aclarara sus sentimientos, y se solucionara aquel malentendido que evitaba que se hablaran, ella no guardaría más esperanzas.

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