jueves, 2 de febrero de 2012

Capitulo 16: "Un dia TRANQUILO "

El sonido de los claxons sonando insistentes en el aire hasta desaparecer, el calor de la tarde y el pasar del tiempo, hacían que Yamile comenzara a desesperarse. Y es que la avenida por dónde ahora iba avanzando, estaba abarrotada de autos, por lo tanto el camión avanzaba muy despacio. ¿Qué habría sucedido para que de pronto toda la avenida estuviera bloqueada?...  y aunque sentía curiosidad por saber que sucedia, lo que mas le preocupaba y fastidiaba, era que iba a llegar tarde o no iba a llegar nunca a su examen de filosofía; bastante se estaba esforzando por tener una buena impresión ante la profesora y quedar excenta, como para arruinarlo ahora...

Cuándo por fin se detuvo frente a la escuela y bajo del camión, había demasiados estudiantes fuera. ¿Qué sucedía?. Esquivo con gracia a un par de chicos y comenzó a avanzar a trompicones por la acera, cuando de pronto su celular comenzó a sonar, y al mirar la pantalla se dio cuenta de que se trataba de Sayu.

― ¿Hola? ― Era poco común que Sayu le marcara a su celular, pues si necesitaba comunicarse con ella solía contactarla por el chat o facebook. Además, Sayu no era de esas chicas que marcaran sabiendo que se encontraba en horario escolar. Por lo que la llamada la extrañó. ― ¿Qué sucede hermanita?

― ¡Yami¡ ¡Hola!... oye perdón por marcarte ahora... pero es que lo había olvidado...

― ¿Olvidado? ¿Q-qué pasa? ― dijo entrecortadamente Yami mientras intentaba esquivar a un chico que casi le daba un codazo en la cara.

― Bueno lo que pasa es que hoy en la escuela, durante la mañana hubo huelga, y por lo tanto yo no tuve clases.... no nos habían avisado... al menos no a mí, y fui a la escuela a perder el tiempo un rato.... fue algo improvisto, pero quizá tú tampoco tengas clases hoy...

― Sí, ya me he dado cuenta que algo estaba pasando...

 ― ¿Dónde estás ahora?

― Me encuentro afuera de la escuela y ya he visto que todos están afuera, que aquí es un relajo y que la avenida esta prácticamente cerrada; así que supuse que había sucedido algo. Y tienes razón, al parecer no tengo clases...

― Lo siento. Debí haberte marcado antes para evitar que fueras a perder tiempo y que no te pasara nada. Lo siento, pero lo olvide...

― No te preocupes, todo está bien... no pasa nada porque no me hayas dicho...

― Lo siento... ― De pronto, al otro lado de la linea, Yami alcanzó a escuchar la voz de la madre de Sayu diciendole "Ya es tarde, debemos irnos.", y Sayu se despidió de Yami. ― Tengo cita con el dentista, así que debo irme. Por favor, cuídate.

― De acuerdo me cuidare. No te preocupes, estaré bien. Tú también cuídate. Adios. ― Yami colgó, y avanzó distraidamente por la acera sin ir realmente a ningún lado, pues no sabía que hacer.

Pensó que podía regresar a casa, en un camión pero luego recordó que la avenida estaba impasable y tardaría "horas" en regresar. También podía esperar hasta que terminara todo - eso si es que todo terminaba ese día - o podría caminar hasta un lugar menos conflictivo y desde ahí tomar otro transporte de regreso... pero la idea de caminar sola, bajo el sol, la desanimaba.

Pasado un momento en el que ella pensaba, Akane le marcó también, y le dijo que ella ya se había ido por la huelga y que se verían hasta el martes de la próxima semana, pues era Viernes, y no tenían clases el siguiente Lunes.

Al fin Yami se decidió por esperar un poco más, hasta ver si esto se calmaba, o por el contrario, si la fuerza de los rayos de sol disminuía. De pronto, se encontró con Ichiro, un chico al que conocía desde la secundaría y pese a que asistían a la misma escuela casi no se veían, pues iban en distintos salones e Ichiro se la pasaba casi todo el tiempo en el patio, mientras que ella pasaba casi todo el tiempo en el aula de clases. Entonces, él se acercó para saludarla.

― ¿Qué estás haciendo aquí? ― le pregunto Ichiro en tono de incredulidad ― Pensé que no vendrías, porque no te gustan este tipo de cosas...

― Tienes razón, no me gustan. Pero el problema es que no sabía que sucedería esto y por lo tanto vine... y parece que regresar ahora va a ser toda una odisea... ― dijo ella, mirando en dirección a la avenida con gesto de hastío.

― ¿No te enteraste? ¡Todos sabían! ― dijo sorprendido Ichiro.

― Pues al parecer, yo no soy "todos"...

― Pues deberías enterarte más de los relajos de la escuela... te puede ser útil...

― Debería. Pero yo soy niña buena y no me la paso echando relajo, por lo que no me entero de los relajos de la escuela... además, no me interesa del todo, lo que hagan en la escuela...

― Ja... ¡Tú niña buena! ― dijo él en un tono burlón ― Por favor Yamile... no me lo digas a mí, que te conozco desde hace casi 4 años y te he visto con Kaiya y Arwen de relajienta, golpeando a todos, molestando a gente, trepada en las bancas y demás idio...

― Bueno eso era antes. De cuándo estaba en confianza con ellas... quizá ya haya cambiado ― Yami intento poner una expresión seria en su rostro, pero de inmediato soltó una carcajada ― Naaaah... la verdad es que me sigue gustando hacer todo lo que hacía.... sólo que sigo siendo una "matadita" antisocial y no me entero de las cosas....

― Pues deberías hablar con más gente... o al menos conmigo. Yo sí me entero...

― ¿Tú sabías, y aún así veniste?

― Sip... para poder "colaborar" con esto.... ― miro alrededor y Yami lo imitó. Habían muchos chicos y a lo lejos podía escucharse el vociferio de sus parlamentos. Además, en la avenida estaban comenzando a detener a los conductores; y ella  hubiese jurado que deseaban voltear algún auto ― Sabes, quizá sea mejor que te vayas ya... aquí las cosas pueden ponerse feas y tú eres muy chiquita... podrían aplastarte... pulguita...  ― sonrió, y le dio un golpe en el hombro.

― Heeeey... ¡no me digas pulga! Sí, soy chiquita ¿y qué?... tú no estas muy alto que digamos... ― comenzó a reír, pero de inmediato se calló por el sonar de las voces a lo lejos ― Tienes razón. Debería irme.

― Sip... vete. ― De pronto, los chicos en la avenida comenzaron a alegar algo ― Ese es mi llamado.... así que debo irme para allá... ¡Cuídate! ― y se marchó, corriendo emocionado.


Yami esperó un momento más, y volvió a mirar alrededor. Lo cierto es que de cierta forma se alegraba de no haber tenido clases.

Entonces, giró y chocó con un chico robusto y alto. Por un instante pensó y deseo que fuese Akita, pero al separarse del tipo y mirarlo, se dio cuenta que no era él.... sonrió decepcionada y dio un par de pasos lejos de aquel chico. Ciertamente, aquella confusión lo hizo extrañarlo. Deseaba verlo antes de irse, pues justo ahora, se sentía solitaria; y además de que odiaba sentirse así, el verlo a él y sus ojos, definitivamente la tranquilizarían.

Y cómo si su deseo se volviese real, Akita apareció de pronto entre la multitud y avanzó hacía ella.

― ¡Hola Yami-chan!... ¿Qué haces aquí? ― dijo él al tenerla de frente. Ella le sonrió gustosa y le respondió.

― Pues al principio sólo esperaba a que llegara el momento ideal para irme, pero tal parece que no va a llegar... ¿Y tú qué haces aquí? ― dijo ella, contenta de que él estuviera ahí...

― Yo... yo estaba esperando a mi chica. Pero ya la busque y espere demasiado... así que supongo que no vino hoy... o ya se me perdió...

Por un momento, al oír aquello la embargó una extraña sensación y se sorprendió también, pues nunca se le había pasado por la cabeza que Akita tuviera novia; él era de cierta forma muy curioso y reservado... aún así, al saber aquello se percató de que era algo que sin darse cuenta, ya se lo esperaba, pues lo había visto rodeado de algunas chicas.

Entonces, se preguntó sí él también mostraría sus distintas miradas con ellas... y de ser así ¿ellas podrían notarlo? ¿O ella era la única capaz de ver así esos ojos?. Lo cierto es qué él tenía unos ojos hermosos -en la opinión de Yami- y más cuando estos brillaban. Quizá era por eso que él le gustaba a todas esas que volteaban a verlo o que iban tras él... pero no era sólo eso; sino que también tenía un gran carisma, su fortaleza, esa facilidad para socializar, ese misterio que lo rodeaba... y claro, también tenía esos labios carnosos que prácticamente decían "bésame"...

Al pensar eso último, Yami se sonrojo y desvió la vista para evitar que Akita la viera- Luego le dijo ― Te ayudaría a buscarla si supiera quién es, o al menos cómo es ella...

― Ya no importa... ya la busque mucho...

― ¿Seguro que ya no la quieres buscar?

― Seguro... es que no tenía nada más que hacer.... ¿Y tú ya te ibas entonces?

― Supongo que sí; antes de que esto se ponga feo... ― y comenzó a caminar en dirección a la avenida, esquivando a la gente, con el fin de regresar por ahí. Luego se dio cuenta que Akita la acompañaba.

― ¿Cómo vas a irte? ― Le pregunto Akita después de un rato de caminar.

― Debería tomar el camión que pasa por aquí y que me lleva a unas cuadras de mi casa... pero no ha pasado y la avenida es un caos...

― Podrías tomar un taxi... ― sugirió él

― Podría, pero no tengo dinero suficiente para el pasaje. Y no me gusta ir en taxi sola...

― Bien pensado, no es seguro... mmm... ¿Entonces, qué harás?

― Caminar hasta llegar a la avenida que cruza con esta. Ahí pasa otro camión que me llevara justo frente a mi casa...

― Bueno, entonces te acompaño hermanita...

En ese momento Yami lo miro y Akita le sonrió, y al tenerlo caminando a su lado tan cerca, pudo percatarse de ciertos rasgos en él que antes no había notado: cómo el hecho de que la barbilla de Akita tenía una pequeña hendidura que podía ocultarse por la forma semi cuadrada de su rostro; o que cuándo mostraba una sonrisa sincera sus labios se curvaban de tal forma, que dejaba que sus colmillos destacaran un poco; o el hecho de que sus labios sonrientes se veían mucho más apetitosos de lo normal... e incluso, a esa poca distancia pudo concluir que Akita tenía la maña de morderse los labios pues tenía varias marcas sobre ellos, que aún lucían recientes.

Al verlo así de cerca, Yami apartó la mirada. Supuso que besar a Akita sería toda una hazaña, y no sólo porque para una chica como ella - que era una novata en eso de los besos - sería difícil, sino que también lo pensaba, porque seguramente con esos labios carnosos y esos colmillos, realmente debía besar muy bien. Él tenía unos labios anchos y antojables, a diferencia de Takeshi que siempre tenia ese gesto malhumorado y sus labios eran delgados y finos... Yami sopesaba esa idea en su mente y comenzó a sentir poco a poco cómo se sonrojaba, hasta que decidió no darle ya más vueltas a eso.

Ambos caminaron, mientras platicaban un rato sobre trivialidades; sobre canciones que a ambos le gustaban, o que el otro no conocía y las recomendaban; sobre libros, o cualquier cosa... incluso vieron a un señor ya mayor, de cabellos y barba largos de color blanco, montado en una pequeña bicicleta rosa; la escena fue tan cómica, que ambos comenzaron a reírse....  hasta que el tema de conversación se cortó y ambos permanecieron callados por un rato. El tiempo pasaba, pero Yami se sentía cómoda y segura caminando a un lado de Akita.

Era cierto que casi no se trataban mucho, y que por su altura él la intimidaba, pero por ese mismo motivo se sentía a salvo a su lado; además, él le agradaba y en serio lo apreciaba, cosa que hacía que se sintiera natural y confiada con él. Era algo tan natural que con su sola presencia la estaba relajando... pero de pronto, un pensamiento cruzó su mente y comenzó a agitarse... ¿Y qué si él no estaba a gusto con ella?... ya muchas veces le habían dicho que era una molestia, y temió que Akita pensara lo mismo....

De pronto, antes de poder cavilar más, Yami se dio cuenta de que habían llegado hasta la siguiente avenida, y vio a la distancia al camión acercarse.

― ooh.... yo aquí te dejo. Ya viene el camión y debo irme... ― dijo Yami apresurada porque no se fuera el camión.

― Ok hermanita... te veo hasta el martes... supongo...

― Sip... hasta el martes... ¡Cuídate!... Adiós.  ― subió, y se marchó.

Una vez estando dentro del transporte, Yami miro el reloj de su celular y se sorprendió ¡Tan relajada había estado caminando con Akita, que había recorrido un trayecto de 15 minutos en 1 hora!.

Le había encantado pasar ese rato con Akita; tanto, que había olvidado por completo que Takeshi había querido verla para decirle algo importante y ni siquiera lo había visto. Se sintió curiosa... quizá después él olvidara eso que habría querido decirle...

***

Cuándo Yami llego a su casa, su mamá la recibió sorprendida, y hasta con un gesto de molestia, cómo si dudara que hubiese ido realmente a la escuela. ― ¡¿Qué haces aquí tan temprano?!

― No hubo clases ― entonces Yami le explico lo sucedido.

― ¿Y entonces, porqué tardaste tanto en llegar si no hubo clases?

-"¡Es tarde o temprano?!"- pensó Yami, y luego le dijo ― Bueno era un caos salir. Y aparte me regrese caminando con Akita hasta la otra avenida dónde pasa el otro camión... por dónde está aquella secundaria y el zoológico...

― ¡Y en eso tardaste tantas horas caminando!... ― dijo exaltada y malhumorada su madre. De pronto, pareció olvidar aquello, y en un tono de interés preguntó ― ¿Quién es Akita?

― Un amigo de la escuela que está en el mismo grupo que yo. Y sí me has puesto atención antes, recordaras que ya te he hablado de él....

― Creo que ya se quién es ― susurro para sí misma su madre  ― que bueno que regresaras acompañada de él... aún así, te tardaste mucho.

― Sí salgó con amigos te molestas... sí no lo hago, soy antisocial... ¿Quién te entiende mamá?.... ― le dijo Yami con una sonrisa... fuese cómo fuese, le agradaba que su madre se preocupara al menos un poquito por ella.

Definitivamente Akita le había hecho disfrutar ese día aunque fuese por un ratito. Había transformado un caos, en un día tranquilo...

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