viernes, 2 de diciembre de 2011

Capitulo 8: "Reencontrarse con los recuerdos..."


Yamile se encontraba de pie frente a esa casa, en espera de que alguien escuchara el sonar del timbre, se  abriera la puerta y salieran a recibirla. Ciertamente se le veía feliz. Sonreía.

De pronto, la puerta se abrió de golpe, una silueta salió corriendo y se abalanzó sobre ella. Al siguiente instante, tenía una maraña de cabello tapándole el rostro, unos brazos rodeando sus hombros y una voz femenina que con alegría le dijo: ― ¡Qué suerte que hayas podido venir! ― y se reconoció la voz suave pero firme de Kaiya, quien abrazó a Yamile durante varios segundos, hasta casi asfixiarla.

― Sí.. t.tenía ya mucho tiempo desde que... nos vimos la última vez.... ― dijo Yami con dificultad para hablar, pues aún sentía la presión de los brazos de su mejor amiga ― Las extrañe tanto... ― Yami miró por encima del hombro de Kaiya, y vio otras dos siluetas femeninas mirando la escena desde la puerta. Entonces, como pudo alzo el brazo y extendió su mano, en forma de seña para invitar a Sayu y Arween a que se unieran al abrazo también.

Sí, se sentía un poco asfixiada por todo aquello, pero estaba contenta. Feliz de tener de nuevo a sus tres amigas cerca.

Sucede que esas chicas eran definitivamente las mejores amigas de Yamile. Y sin importar que hubiera conocido a Akane o que llegara a conocer a más chicas, nadie reemplazaría el sitio que tenían ellas. Porque su amistad ya llevaba forjándose desde hace tres años; desde el momento en que se conocieron al entrar a la secundaria. Y durante el pasar de esos años. había vivido tantas cosas con ellas: Crecieron juntas y de alguna forma, una se parecía a otra en algunos aspectos; porque de algún modo ellas eran  como verdaderas hermanas. Y nada, ni siquiera el tiempo o el cambio de escuela, harían que ese sentimiento se fuera.

Estuvieron entrelazadas en el abrazo solamente un par de segundos; y al soltarse, todas entraron en la casa que había detrás de ellas. Entonces, cuando Yami cruzó el umbral, comprobó que aún sentía la casa de Arween como un lugar seguro. Seguía siendo el refugio que había sido en muchas otras ocasiones...

― ¿Cómo has estado Yami? ― preguntó Kaiya al fin― Tiene tanto que no sabemos nada de ti, que hasta pensé que te escondías de nosotras...

― ¡Jamás lo haría!... ― dijo Yami exagerando el tono de voz a propósito ― Es sólo que, como ya no vamos en la misma escuela y nuestros horarios tampoco no coinciden...Y ni había encontrado la oportunidad de contactarlas o me había topado con Sayu, ¡Y eso que las dos vamos a la misma escuela! Lamentablemente su horario de clases es en la mañana...  Esto de ir en un turno durante la tarde me descompensa mucho. Yo... lo siento... debí haberlas buscado con más ganas ― se disculpó Yamile, y como respuesta, las otras chicas, la abrazaron.

Entonces, todas comenzaron a hablar de las novedades no contadas y de los recuerdos ya vividos, haciendo del "Recuerdas aquella vez, cuando..." o del "Cuéntame más..." sus frases favoritas; sumergiendo a Yami en un mundo ya conocido. Estaba contenta, en confianza y con gente que amaba...

Definitivamente ellas eran amigas verdaderas. Su verdadera familia... sus tres queridas hermanas...

***

― Y bien Yami ¿Ya tienes amigos nuevos?  ― preguntó Arwen, mientras se maquillaba para el Halloween al que asistirían esa noche.

― ¿Qué me dices de conseguirte algún chico? ― completó Kaiya.

― Pues sí tengo algunos amigos... y también hay chicos... de hecho, son demasiados chicos en la escuela... en mi grupo por ejemplo, solo somos 5 chicas.

― ¿Y, qué tal son tus amigos?  ― terció Sayu.

― Bueno... aaam.... Akane es con quien más convivo en la escuela. Es una chica curiosa... porque es buena persona y amable, pero eso no le quita lo terca, orgullosa y enojona...; también está Kenta, quien es un chico tímido, educado... bueno al menos es educado conmigo, porque he notado que con los demás puede ser muy grosero...; está Takeshi... y él... es muy reservado y frío, pero me quiere y no me trata mal... y.... y también esta él: Akita... ― Yami se detuvo, y dudó, pues no sabía cómo debía describirlo ― él... sólo es... Akita ― concluyó, pues no encontró otra forma de decir las cosas, y hacerle justicia a su extraña y atrayente forma de ser.

― Uuuuy.... has dicho su nombre de forma curiosa y hasta podría jurar que he visto algo raro en tus ojos en ese momento ¿Te gusta ese chico? ― preguntó Kaiya.

― No... ― Yami lo negó, pero recordó entonces sus ojos y se corrigió ― Bueno, no exactamente....

― ¿A qué te refieres?

― Él es raro... "misterioso" es la palabra correcta. Porque desde la primera vez que lo vi, me dio la sensación de que lo he visto antes, pero sé que no lo conozco. Tampoco sé mucho acerca de él porque no se deja conocer. Pero por lo poco que hemos conversado, ha sido amable y amistoso.... Puedo decir que él tiene un halo de misterio que me repele y atrae mucho.... y sus ojos. Oh, definitivamente lo que más me gusta de él son sus ojos: son lindos, cálidos y raros también... creo que al verlos, siento que puedo llegar a conocerlo mucho a través de ellos...  ― Yami se detuvo un momento para pensar como debía continuar, y sonrió al decir: ― Sí, ahora que lo pienso, es definitivo que Akita me gusta. Pero, temo decepcionarte al decir, que no me gusta de la forma que insinúas; si no más bien, me gusta como persona.... mmm... no sé si me entiendan. Me gusta ese misterio, esa amabilidad, su carisma... y al menos lo poco que conozco y que he podido ver en él me gusta. Pero, repito, no me gusta como chico, si no como amigo. Y me intimida en cierto grado.... ― ella ya no supo como continuar, por lo que se detuvo.

Sus tres amigas la miraron un rato, y Kaiya comenzó a reír abiertamente.

― ¿Qué? ¿Tiene algo de gracioso lo que dije?

― No, pero ese tal Akita me provoca curiosidad....

― Debería conocerlo para poder comprenderte mejor ― interrumpió Arween ― Y saber por qué pareces confundida y encandilada a la vez, al hablar de él ―  eso provoco que Yamile se sonrojara. "¿Encandilada? ¿Realmente lo estoy?"- pensó

 ― Y entonces, si no te gusta él... ¿Hay algún otro chico interesante?

― Takeshi también es interesante; y sí todo va bien y tengo suerte con él, entonces yo tendré un chico y ustedes un cuñado ― dijo Yami sonriendo....

Estaba feliz y cómoda. Realmente le sentaba bien estar con ellas.

― Eso suena bien ― dijo Kaiya, interrumpiendo por un momento el arreglo de su maquillaje ― Cuéntanos sobre él...

― Él es un tanto frío y muy callado. También debería admitir que es algo arrogante. Y sí,  está definitivamente loco, es tan distante de todos... Pero, es por eso que quiero salir con él; porque quiero comprobar que quizá sea un poco sensible.... Y últimamente él me atrae....

― Sabes, suena a que los tipos que conoces están locos... y tú aún más por fijarte en alguno de ellos... ― dijó Arwen.

― Sí Yami, definitivamente....  ― sonrió burlona Kaiya ― Antes te gustaba Tenshu, y ahora, otro tipo raro.

―  ¡No deberías quejarte! Porque tú no te quedas muy atrás. A ti también te gustaba Tenshu...; lo cual indica que no estoy tan mal, o en un caso más probable, que ambas estamos chifladas ― bromeó Yamile. E intentó sonreír con el fin de ocultar la emoción y dolor que había sentido al escuchar mencionar a ese chico. Un chico que aún quería; un chico que no olvidaba todavía. Ese chico, que se había encargado de lastimarla tanto al rechazarla... Él era el culpable de que ella siguiera desconfiada de los chicos...

***

Miró el reloj, y se dio cuenta que aún era temprano, pero que todavía tenían una larga noche por delante....

― La música del lugar estuvo bastante bien ― dijo Sayu, mientras salían de la convención de Anime.

― Sí. Supongo que esto no está tan mal, mientras esté con ustedes. ¡Y lo mejor es que aún lucimos bien para ir al Halloween! ― continuó Kaiya, mirando los respectivos disfraces de las otras 3 chicas ―Todas lucimos, a su modo, encantadoras y raras.

― Lastima que no pueda ir con ustedes ― afirmó triste Sayu ― Me gustaría divertirme y ver más disfraces...

― Sí, lastima... sólo he podido verte un ratito ― dijo Yamile, decepcionada de que su amiga tuviera que irse.

― Bueno, al menos diviértete con Junjou...  y alegralo esta noche. ― dijo Kaiya de forma atrevida, cargando la expresión de doble sentido.

― Yo... yo... ― Sayu se sonrojo, comenzó a balbucear y opto por despedirse de ellas ― Por favor, cuídense. Las quiero... ― entonces, dio media vuelta, y se fue.

― No deberías decir eso así Kaiya, podrías incomodarla. ― dijo Yami, mientras miraba en la dirección en que Sayu se marchó.

― No puedo evitarlo. Yo soy así de atrevida, y no me gusta tragarme las cosas que pienso. ― Yami sonrió ante ese comentario. Kaiya tenía razón, ya que en los años que llevaba conociéndola, siempre había sido tan directa; y eso era precisamente lo que más le agradaba de ella.

― Lo sé ― dijo Yami, y la abrazó ― A mí no me incomoda. Así te adoro niña...

Yami miró a sus amigas y supo que pese a no verlas durante mucho tiempo, sus locuras y ocurrencias siempre la harían sonreír. Estaba segura, que siempre contaría con ellas; siempre serían hermanas. Y esa certeza la hizo extrañar aquellos días en donde podía estar con ellas a diario, sonriéndole a la vida juntas, superando cualquier problema entre todas y sabiendo que sí algo iba mal, tendrías tres personas que te apoyarían incondicionalmente.

Pero ahora, todo era tan distinto con todas lejos, luchando individualmente por un futuro... un futuro, que de alguna manera, todas compartirían y siempre estarían juntas.

― Las quiero niñas.... y realmente mucho ― dijo Yami, parándose en puntillas, para poder alcanzar la mejilla de ambas y poder darles un beso a cada una ― Prometo, que nunca las dejare.

Kaiya le dio un golpe en el hombro y le dijo ― Ya deja las cursilerias... eso es asunto de Sayu. ¡ Larguémonos a asustar a los pequeños niños y a robarles dulces!

Yami sonrió. Hace tanto que no estaba tan contenta...

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