jueves, 1 de diciembre de 2011

Capitulo 7: "Como un hermano"

Ya había pasado cierto tiempo desde aquel suceso con la sonrisa y los ojos de Takeshi, pero para Yamile aún estaba fresco, y el recuerdo le bombardeaba la mente constantemente; asunto que por demás, la inquietaba.

Sabía que estaba teniendo una reacción exagerada ante eso, pero últimamente nada la distraía de pensar en ello, y por si fuera poco se estaba sintiendo un poco solitaria. El hecho era que durante las ultimas semanas, el trato con sus amigos se había modificado un poco, y todo era por causas externas a ella.

Sucedía que sus amigos la habían apartado un poco; por ejemplo, ya no hablaba mucho con Akane, y eso por que su amiga estaba un tanto ocupada ligándose a ese flacucho y pequeño chico que ahora le gustaba; por otro lado, Kenta había decidido que tras lo sucedido entre ellos, lo mejor era distanciarse un poco para que él se “olvidara” de sus sentimientos… Kenichi, pese a hablarle de vez en cuando, no era muy apegado a ella… y estaba Akita... de quien ella tenía unas ganas tremendas de hablar con él, pero parecía tan absorto en su propio mundo, con esos ojos tristes y distantes, que no se atrevía a acercarse mucho a él.

Todo esto, hacía que Yamile pasara más tiempo con el propio Takeshi, cosa que no solucionaba el hecho de pensarlo y comenzaba a hacer que ella se interesara aún más. Y aún así, pese a sentirse intimidada, confundida e incómoda ante él, seguía intentando hacer que él la quisiera más. Y de algún modo, le funcionaba bien eso de ser "como hermanos", pues ahora conocía más sobre el misterioso Takeshi...

― Yamile-chan ― dijo repentinamente Takeshi en un tono informal, como si hablase casualmente de un tema que se hubiera quedado pendiente ― ... te prometo que algún día te llevare a mi casa, y te dejare conocer a mi familia.

― ¿No hablaras en serio, o sí? ― dijó Yami, sorprendiéndose por la espontaneidad al decirle aquello, y de las ocurrencias de Takeshi.

― ¡Claro Yamile! ¿Por qué no habría de hacerlo? ... Eres como mi hermana, así que debes conocer al resto de "nuestra" familia. ― dijo él con una sonrisa en la cara, dejándola asombrada por la naturalidad con la que sonreía últimamente ― Pero además de eso, lo hago porque te quiero, y confío en ti...

― Gra.gracias ― dijo Yami, mientras se sonrojaba.

Se le hacía curioso ese repentino acercamiento que solía tener con Takeshi, pues definitivamente era muy raro que él se comportara de aquella forma; sin embargo, era aún más curioso esa punzada que sintió ella al darse cuenta -un par de clases más tarde- que ese trato no era tan especial, porque también a Akane comenzó a llamarla "hermanita"...

Pero de algún modo, también le alegro aquello, pues ahora eran como una pequeña familia... una familia de la que apenas sabía nada, pero que de igual forma, quería....

***

Era casi la hora de salir de clases ese día, y en el salón se sentía un ambiente totalmente relajado.

Yamile se encontraba mirando en aquella dirección, sonriendo por lo que veía: Takeshi y Akita charlaban como buenos amigos y aunque ya los había visto en otras ocasiones platicando, no por ello dejaba de ser raro ver a  esos dos misteriosos chicos conversando tan tranquilamente. Y es que eso se le hacía sumamente curioso y lo envidiaba, pues quería no solamente llevarse bien con Takeshi, si no que quería que Akita también la tratara más cercanamente... quería poder verlo cuando sus ojos cambiaran, a aquellos radiantes... quería ser su amiga... y no cualquier amiga, si no, una buena amiga...

En ese momento, Takeshi giro el rostro y vio a Yamile mirando atentamente en aquella dirección. Ella se sonrojo, sintiéndose como un niño que es atrapado haciendo una travesura. Y se sintió aún más nerviosa cuando él comenzó a acercarse a ella.

― ¿Sucede algo hermana? ― le dijo él.

― No, nada, sólo divagaciones mías... ― respondió Yami, evitando mirarlo a los ojos.

Akita se había acercado también, e interrumpió diciendo ― ¿Hermana?― luego, miró alternativamente a Takeshi y a Yamile, confundido por aquello ― ¿Ustedes son hermanos?

― No realmente ― dijo Takeshi ― sólo la trato como mi hermana porque ella necesita protección. Por eso la llamo hermana... es mi hermana "adoptiva".

― Oh, ya veo... ― dijo Akita repentinamente, pareciendo apenado, y se creo un ambiente incomodo entre los tres, que él rompió diciendo ― Espera... entonces, sí tú eres su "hermana", y yo soy como un hermano de él, eso te convierte también en mi hermana, ¿Cierto? ― dijo, refiriéndose a Yamile.

Yami lo miro fijamente, y no supo que decirle a Akita.... ¿Acaso él quería, que ella fuese también como su hermana?... la idea le agradaba.

― Bueno, supongo que.... no querrías ser hermana de alguien como yo.... así que... ― Akita había malinterpretado el silencio de Yamile, y por un instante parecía decepcionado y más apenado. Pero fue durante ese momento que Yami pudo ver de nuevo lo "frío" de sus ojos...

― ¡No!... bueno, quiero decir.... aaam... es sólo que me sorprendió lo que has dicho... ¿Quieres ser mi hermano?... y-yo sí...― tartamudeo y balbuceo ella.

― Oh... entonces serás mi amiga...no, mi hermana... ― Mientras decia esto, Akita sonrió y apartó la vista, pero Yami pudo ver, como sus ojos volvían a hacerse cálidos...

― Me encantaría ― respondió, encandilada por el brillo de esos ojos... y recibió como respuesta, una sonrisa genuina de Akita.

De pronto, el sonido del timbre que anunciaba el fin de las clases, interrumpió ese momento, y Yamile comenzó a guardar sus pertenencias en la mochila.

Fue entonces, cuando Takeshi se acercó a ella y le dijo ― ¿Te parece sí te doy mi e-mail, para que podamos hablar? aaaam me gustaría que me agregaras, porque quiero poder hablar más contigo, incluso fuera de la escuela, y poder conocerte mejor. ― Ella sacó una pluma y anoto en una de sus libretas. Y justo cuando guardaba de nuevo sus cosas, Akita se acercó y le pidió a ella su e-mail.

― ¿Tienes dónde escribir? ― le pregunto ella.

― No. Pero... aaam... escribelo aquí ― y le tendió el brazo, por lo que ella sonrió y comenzó a escribir sobre la piel.

― Listo. Agrégame. ― le dijo ella y se despidió, dejando a Akita con todo el antebrazo marcado por la tinta de aquellas letras gigantes que había plasmado para que no lo olvidara.

Yami salió del salón y camino por el pasillo mientras sonreía. No dejaba de sorprenderse por el ritmo y rumbo repentino que había tomado su relación con ellos. Se sentía emocionada por lo fácil que se estaban haciendo las cosas; pero más aún, por haber descubierto que las emociones y sentimientos de Akita eran los que hacían cambiar sus ojos...

"Quiero ver siempre a un sonriente Akita... quiero que siempre tenga esa hermosa mirada llena de vida... quiero en verdad ser una amiga para él... quiero ser como una hermana... " - pensó Yami, sonriéndo al imaginar y recordar ese rostro sonriente y los ojos de Akita... sonriendo, por lo que la vida le estaba dando...

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